18/2/08

Fullbright, investigacion y espionaje en Bolivia

Hace ya varios días anda circulando la siguiente noticia: un becario Fullbright y miembro del cuerpo de Paz (John Alexander van Schaick) dio a conocer que en una reunión en la embajada norteamericana en Bolivia (5 nov. 2007), el Assistant Regional Security Officer (Vincent Cooper) les pidió lo siguiente:

  • "A mi me dijeron que les dé los nombres, las direcciones y las actividades de cualquier doctor o trabajador Venezolano o Cubano con el que me cruzara durante mi estadía aquí”. (Ver las declaraciones del estudiante)
A esto se le suma las versiones de otros miembros del “Peace Corps” que señalan que la misma persona (Cooper) les pidió brindar ese tipo de información.

Luego de esto, el problema se cerró (por parte de ambos gobiernos – USA y Bolivia) con la siguiente explicación:
  • “La embajada confirmó el encuentro entre Van Schaick y Cooper, y explicó que el becario había asistido en noviembre, por error, a una "sesión informativa" para sus funcionarios”.
Y el gobierno boliviano declaro persona “no grata” a Vincent Cooper.

Desviándonos un poco del tema, lo que pone en discusión este caso (más allá de si fue cierto o solo un error, si es común o no, si el estudiante en caso usa camisetas del che o no) son los múltiples “usos” que puede tener la información y conocimiento que producen los “científicos sociales (horrible palabra)”. Es decir, ¿Qué tipo de conocimiento se produce? ¿Para quién? ¿Inmersa en que tipo de discursos y prácticas? En fin, viene a la mente la antropología inglesa y su relación con el colonialismo, muchas ONG´s y muchas consultorías, y demás. Ya tema de otro post.

15/2/08

Convocatoria - Revista Centro -h

CONVOCATORIA

La Organización Latinoamericana y del Caribe de Centros Históricos – OLACCHI invita a profesionales, estudiantes, gestores públicos y miembros de la comunidad académica a participar en la revista Centro-h. Esta revista busca ser un espacio de debate, actualización, investigación y consulta para académicos, formuladores de políticas y opinión pública sobre las ciudades latinoamericanas.

Centro-h es una revista arbitrada y de publicación cuatrimestral. Los artículos propuestos para su publicación deben ser textos originales y no publicados o propuestos para tal fin en otra revista. Además, deben ajustarse a los contenidos y a la política editorial de la revista.

Los contenidos se organizan de la siguiente manera:

• Editorial
• Central: Para cada número, el consejo editorial definirá una problemática específica. para lo cual se invitara a expertos de distintas países. Para los primeros tres números los temas centrales tratan sobre: 1) Renovación e innovación en los centros históricos en América Latina; 2) La Pluricentralidad de la ciudad actual; 3) Internacionalización de la centralidad histórica. Se invita a expertos de distintos países a enviar los trabajos que consideren sean un aporte, de acuerdo a las normas establecidas por la revista.
• Márgenes: Recoge análisis, ensayos y resultados de investigaciones sobre diversos temas urbanos, sin que tengan que ver con el tema central de la Revista. Convocamos a enviar artículos, de acuerdo a la política de Centro-H.
• Dialogo: consiste en un dialogo (entrevista) con un personaje representativo del urbanismo, la investigación urbana o de la ciudadanía sobre un tema de interés.
• Renovación: descripción metodológica y de resultados de intervenciones en centralidades de las ciudades de los países de la Organización. Se trata, en suma, de experiencias de casos exitosos, que se consideren que vale la pena difundirlos; por eso, solicitamos remitir estos textos a la Revista.
• Reseñas: es la sección de crítica bibliográfica que incluyen tanto comentarios a obras de urbanismo académicas o de intervenciones en centralidades o centros históricos. Invitamos a enviar publicaciones –que formarán parte de la Biblioteca de Olacchi- y comentarios de las mismas para ser consideradas por el Comité Editorial.

La fecha de cierre de recepción de artículos para la sección central de los tres primeros números es el último día de los meses de Marzo, Junio y Septiembre respectivamente. Para la sección márgenes y reseñas, la revista recibe artículos de manera permanente. Los artículos deben enviarse por correo electrónico en formato MS Word a la siguiente dirección: centro-h@olacchi.org.ec. En una hoja aparte se deben incluir los datos generales del autor/a o autores: nombre completo, afiliación institucional, dirección de trabajo o domicilio y dirección de correo electrónico. Los artículos considerados para su publicación, le darán derecho a su autor/a a recibir una suscripción anual de la Revista.

Continúa...

Normas para publicar

1. Los artículos deben ser originales e inéditos en español.
2. El Consejo Editorial se reserva el derecho a decidir sobre la publicación de los trabajos, así como el número y la sección en la que aparecerán.
3. Todos los artículos deben respetar el siguiente formato: letra Times New Roman, tamaño 12 e interlineado 1 (espacio simple).
4. Todos los artículos (con excepción de las reseñas) deben incluir un resumen en castellano e ingles, que no exceda las 150 palabras, y un listado de cinco (5) a siete (7) palabras claves en los dos idiomas.
5. El titulo del artículo no debe ser superar las 10 palabras.
6. La página inicial de cada artículo deberá contener: título, autor (es), grado académico, adscripción institucional, dirección postal, correo electrónico y teléfono.
7. La extensión de los artículos para cada una de las secciones es la siguiente:
Central: 30 000 a 38 000 caracteres con espacio (cce)
Márgenes: 25 000 a 30 000 cce
Sujeto Patrimonial: 10 000 a 15 000 cce
Renovación: 15 000 a 20 000 cce
Reseñas: 6000 a 8000 cce
8. La primera vez que se emplee una sigla en el texto se especificará primero su equivalencia completa y después la sigla.
9. Las citas bibliográficas en el texto deben ir entre paréntesis, indicando el apellido del autor, la fecha de publicación y el número de página. Por ejemplo: (Quiolodrán, 2001:33).
10. Los cuadros, gráficas e ilustraciones se presentarán en originales y en hoja aparte (también en diferente archivo electrónico); cada uno con su respectiva fuente al pie. Su colocación en el texto se deberá indicar con claridad (empléense expresiones del tipo: /Entra cuadro 1/).
11. La bibliografía se pondrá al final del texto en orden alfabético de los autores y deberá presentarse de la siguiente manera:

Libro de un autor:
Apellido, Nombre, año de publicación, Titulo del libro en cursiva, editorial, lugar.

Libro de más de un autor:
Apellido, Nombre y Nombre y Apellido, año de publicación, Titulo del libro en cursiva, editorial, lugar

Artículo en libro de editor(es), coordinador(es) o compilador(es):
Apellido, Nombre, año de publicación, “Titulo del artículo entre comillas”, en Nombre Apellido, palabra que corresponda editor(es), coordinador(es) o compilador(es), etc, Titulo del libro en cursiva, editorial, lugar

Articulo en revista:
Apellido, Nombre, año de publicación, “Titulo del articulo entre comillas”, en Nombre de la revista en cursiva, No. De la revista, lugar, páginas que comprende.

13/2/08

Disculpas del gobierno australiano a los grupos indigenas

El miercoles 13, el gobierno australiano (en la voz del primer ministro) le pidio disculpas públicas a los grupos indigenas por el maltrato del cual fueron objeto por tanto tiempo, y que se expreso principalmente en el "secuestro" de los niños indigenas para ser introducidos en un sistema "civilizatorio" de educación. (Ver The stolen children report 1997).

Escuchar el audio y ver la transcripcion del discurso del primer ministro Kevin Rudd.

2/2/08

Explicación: migrando..

Por razones de tiempo he decidido cerrar el otro blog (Apuntes) que tenia y he pasado algunos de sus posts a este espacio. (solo pa explicar la cantidad de post en este día)....

Sociología de la música - Simon Frith

Pongo la referencia a un texto de Simon Frith (sociólogo y critico de rock) que pese a que no es actual (publicado en ingles en 1987) es de gran ayuda para pensar una "sociología" de las músicas populares.

"Hacia una estética de la música popular" - Simon Frith.

INTRODUCCIÓN: EL "VALOR" DE LA MÚSICA POPULAR

"En la base de cualquier distinción crítica entre la música «seria» y la «popular» subyace una presunción sobre el origen del valor musical. La música seria es importante porque trasciende las fuerzas sociales; la música popular carece de valor estético porque está condicionada por ellas (porque es «útil» o «utilitaria»). Este argumento, bastante común entre los musicólogos académicos, coloca a los sociólogos en una posición incómoda. Si nos aventuramos a sugerir que el valor de, pongamos por caso, la música de Beethoven puede ser explicado a partir de las condiciones sociales que determinan su producción y su consiguiente consumo, se nos acusará de filisteos -las teorías estéticas de la música clásica siguen manteniendo un cariz decididamente a-sociológico-. La música popular, por el contrario, se considera buena sólo para hacer teoría sociológica con ella. El acierto con el que logramos explicar la consolidación del rock'n'roll o la aparición de la música disco se toman como prueba de su falta de interés estético. Relacionar música y sociedad se convierte así en un cometido distinto en función de la música con la que estemos tratando. Cuando analicemos la música seria, deberemos poner al descubierto las fuerzas sociales que se ocultan tras los discursos sobre valores «trascendentes»; al analizar el pop, deberemos tornar seriamente en consideración los valores desdeñados en los discursos sobre funciones sociales".

Ver el artículo completo.

Sociología de la música - Tia DeNora

En sociología de la música una autora imprescindible es Tia DeNora (Ver su pag web en la Univ. de Exeter). Sus principales publicaciones son:

  • After Adorno: Rethinking Music Sociology, Cambridge: Cambridge University Press, 2003.
  • with w.R. Witkin, editor of, Musical Consciousness, Poetics:Journal of Empirical Research on Literature, the Media and the Arts, 2001 (July).
  • Music in Everyday Life, Cambridge: Cambridge University Press, 2000.
  • Beethoven et la construction du genie, Paris: Fayard, 1998.
  • Beethoven and the Construction of Genius: Musical Politics in Vienna 1792-1803, Berkley, Los Angeles and london: University of California Press, 1995.
No conozco ninguno de sus textos traducidos al castellano (lamentable). Se pueden consultar algunos de sus libros en google, pero no completos. Frente a esto, he tomado la opción de colgar uno de sus textos, que pese a la fecha de publicación es bastante "sugerente".

How is Extra-Musical meaning possible? Music as a place and Space for "Work". (1986).

También ver: La respuesta de DeNora a las reseñas hechas a su libro "Music in everyday life".

Ruth Finnegan - Antropología de la música



Una de las mejores etnografías sobre la “actividad musical” que se han realizado corresponde al trabajo de Ruth Finnegan y su libro "The hidden musicians: music-making in an English Town" (1989).


"El artículo parte de las reflexiones de la autora sobre su trabajo de campo –primero, en Africa Occidental; luego en las islas Fidji, y finalmente en un moderno entorno urbano de Gran Bretaña. A menudo se ha considerado la música como algo fuera del campo de la antropología dominante: bien porque su tratamiento se haya dejado a especialistas de otras disciplinas como la musicología, el folklore o la historia social; bien porque haya sido vista como un asunto altamente especializado, más que como parte de la antropología en general o como una parte esencial de la etnografía de conjunto de una cultura o comunidad particulares. El presente artículo cuestiona este errado punto de vista, por motivos tanto teóricos como empíricos. Lejos de resultar marginal a la antropología y a la sociedad, el estudio de la música remite a ramas de la antropología bien establecidas , así como a otras actualmente en desarrollo, y conduce a plantear algunas cuestiones fundamentales sobre la naturaleza de la humanidad".

Tambien ver: Música y participación. Revista Transcultural de música No. 7. 2003.

Clifford Geertz - Conocimiento Local

El presente documento tiene como objetivo central presentar de manera breve y sistemática los argumentos presentes en las secciones del libro Conocimiento Local de Clifford Geertz seleccionadas. La estructura narrativa del libro es la recopilación de un conjunto de ensayos provenientes de diferentes momentos y elaborados con distintos objetivos. La elección de optar por el modelo ensayista en Geertz se debe a que es conveniente para “dar rodeos por calles paralelas (1994: 15) y se adapta fácilmente a distintas necesidades. El trabajo presenta dos dificultades principales: por un lado, el objetivo de sistematizar los ejes centrales de los ensayos seleccionados implica necesariamente explicitar el argumento central de cada ensayo con el riesgo de quedarnos en calles paralelas, y en apariencia inconexas; y por otro lado, la variedad de temas abordados significara que retomemos solo uno de ellos para elaborar algún intento de comentario critico. En este sentido, a continuación se presentara los argumentos principales de cada ensayo(1).
Sigue...

El autor empieza reconociendo la continuidad que existe entre este libro y los argumentos desarrollados en un libro anterior donde se encuentra los principales ejes de su propuesta (Geertz, 2001)(2). En este sentido, adoptaremos como punto de partida la propuesta que se encuentra en el libro anterior, antes de presentar los argumentos de los capítulos seleccionados del libro Conocimiento Local. La propuesta de Geertz es a partir de la noción de “descripción densa” lo cual consiste en “desentrañar las estructuras de significación (…) y desentrañar su campo social y su alcance” (2001: 24). En esto consiste en análisis “cultural”. La etnografía es descripción densa, y hacer etnografía es intentar leer las estructuras de significación (superpuesta, yuxtapuesta y compleja) que se presentan ante el “extranjero” o no “nativo”. La cultura se presente como un documento activo posible de “ser leído”, y posible al mismo tiempo, de contener múltiples lecturas; lo cual solo es posible si se asume y acepta que la conducta humana es acción simbólica. Es decir, la cultura “consiste en estructuras de significación socialmente establecidas en virtud de las cuales la gente hace cosas tales como señales de conspiración y se adhiere a estas, o percibe insultos y contesta a ellos (…)” (2001: 26).

Así, la cultura es entendida como “sistemas de interacción de signos interpretables” (2001: 27). Esto le permite al autor rechazar distintos modelos y advertir sobre los peligros que acarrean ciertas posturas como aquellas que al ver la cultura como realidad súper orgánica terminar por reificar la cultura; o aquellas que terminan reduciéndola; o las que plantean como supuesto que la cultura se encuentra situada en el entendimiento y corazón de los hombres; u otras que terminar por esquematizar la cultura. Asimismo, la finalidad de la antropología para el autor es ampliar el universo del discurso humano. Entonces, el trabajo antropológico se presenta como la realización de una lectura, la cual se toma como “buena” si nos permite adentrarnos a la misma medula de lo que es la propia interpretación. Es decir, la interpretación antropológica consiste en “trazar la curva de un discurso social y fijarlo en una forma susceptible de ser examinada” (2001: 31).

Para el autor, la etnografía (descripción densa) tiene como rasgos características el ser interpretativa, en rescatar lo dicho, en fijarlo, y en que es microscópica. Además, Geertz señala que todo análisis cultural por sus propias características es incompleto y que “considerar las dimensiones simbólicas de la acción social (…) no es apartarse de los problemas existenciales de la vida para ir a parar a algún ámbito empírico de formas desprovistas de emoción; por el contrario es sumergirse en medio de tales problemas. La vocación esencial de la antropología interpretativa no es dar respuestas a nuestras preguntas mas profundas, sino darnos acceso a respuestas dadas por otros, que guardaban otras ovejas en otros valles, y así permitirnos incluirlas en el registro consultable de lo que ha dicho el hombre” (2001: 40)(3).

La propuesta de una antropología interpretativa se daría en un contexto de profundas transformaciones en las ciencias sociales. Son estos cambios los que se presentan en el primer ensayo “Géneros Confusos”, donde el autor presenta los cambios producidos en las ciencias sociales en las ultimas décadas (en el objeto de análisis, lenguaje de análisis y posición del analista), los cuales tendrían su origen en un giro cultural que ha alterado radicalmente la “cartografía. Este giro cultura es la refiguración del pensamiento social. En este sentido, la emergencia del enfoque interpretativo ha significado transformaciones en el estilo discursivo, como se puede apreciar en las analogías que se plantean entre sociedad y juego, drama y texto. Analogías que terminan superponiéndose, y que solo son ejemplos que plantea el autor dentro de un gran numero de ellas. Además, pese a que no se hallan establecidas interiormente, este tipo de analogías plantean una serie de desafíos que dejan en entredicho lo que mucho tiempo se considero los “supuestos generales” de las ciencias sociales. Asimismo, como afirma el autor” [s]i logra afianzarse, la refiguración de la teoría social representara un cambio radical en nuestra concepción, no tanto de lo que es el conocimiento, sino de lo que queremos conocer” (1994: 48).

Así, la tarea de la antropología no se distancia radicalmente de las empresas de otras disciplinas como la de críticos literarios, sino que pueden encontrarse ciertas semejanzas para lo cual Geerz propone la noción de historia social de la imaginación moral, entendida como “la exposición de nuestro sentido de nosotros mismos y de los otros (...) no solo queda afectado por el trafico con nuestras propias formas culturales, sino en un grado notable por la descripción de formas que no son inmediatamente nuestras realizadas por antropólogos, críticos, historiadores, etc., quienes las hacen, una vez reelaboradas y redirigidas, derivativamente nuestras. (1994: 17-18)

Dicho esto, Geertz desarrolla la premisa central de todo su proyecto, es decir, afirmar que “el estudio de la cultura empieza con la comprensión de cómo las personas se entiendes a si mismas” (Rosaldo, 1997: 30), por que el tercer ensayo empieza presentando el debate que se origino en torno a la publicaciones de los diarios de Malinowski. Debate que considera no debe abordarse como un problema moral, sino epistemológico dado que la pregunta central es “como se alcanza el conocimiento antropológico del modo en que piensan, sienten y perciben los nativos? (1994; 74). Así, el autor retoma los conceptos de “experiencia próxima” y “experiencia distinta” de Kohut para plantear el problema que busca discutir, es decir, la exigencia (necesaria para él) de ver las cosas desde el punto de vista del nativo (4). Con estos conceptos a la mano, Geertz plantea utilizar el concepto de persona como “vehiculo excelente para examinar la cuestión del modo en que podemos introducirnos en el estado de animo de otro pueblo” (77), y lo ejemplifica a partir de sus trabajos en Java, Bali y Marruecos. Estos ejemplos le van a permitir desarrollar su tesis central que es reconocer la importancia de la estrategia intelectual que se plantea en los análisis antropológicos entre en el todo y las partes para la interpretación etnográfica. Vale decir, para “la penetración en los modos de pensamiento de otros pueblos” (1994: 89). Estrategia intelectual, que como se vio en el primer capitulo, se encuentra mas cercana a los movimientos realizados dentro de las ciencias humanas que los de las ciencias naturales.

A partir de estas premisas, el autor presenta una serie de “fenómenos sociales y culturales” analizados bajo la óptica de su propuesta antropológica interpretativa. En este sentido, el primer “objeto” es una dimensión de la cultura poco explorada por los antropólogos: el sentido común. En análisis de esta debe empezar por reconstruir la distinción entre la aprehensión de la realidad y la sabiduría coloquial. Así, es necesario desintegrar analíticamente la premisa de la cual el sentido común extrae su autoridad. A partir de una breve revisión de las formas en que se ha planteado el sentido común desde diversas disciplinas, el autor plantea que el “sentido común muestra de una manera particularmente evidente el impulso sobre el que se construyen esos complejos: el deseo de representar el mundo de forma distinta. Plantea utilizar los siguientes términos en referencia al sentido común como propiedades del sentido común “de manera genérica, en tanto constituye una forma cultural localizada por doquier” (1994: 107). Las características son: 1) la naturalidad como propiedad modal que caracteriza al sentido común; 2) la practicidad como cualidad que las cosas le otorgan al sentido común; 3) transparencia: 4) la asistematicidad que remite a “la vez esos placeres de la inconsistencia que son tan reales para todos excepto para los mas escolásticos de los hombres” (1994: 112); 5) accesibilidad que se desprende como consecuencia lógica del resto de de cualidades. Geertz plantea que la forma de “demostrar” que el sentido común es un “sistema cultural, que manifiesta un orden increado que podemos descubrir empíricamente y formular conceptualmente [es] mediante el peculiar desvió que supone la evocación de sus tonos y pensamientos generalmente reconocidos, el intransitado camino lateral que nos condice, a través de predicados estructurados metafóricamente a recordar a la gente lo que ya sabe” (1994: 115).

Los movimientos analíticos desarrollados para el caso del sentido común se vuelven a desplegar, pero en este caso, respecto al arte como sistema cultural. A través de diversos ejemplos, como el poeta en el Islam, Geertz termina concluyendo que la variedad de expresiones artísticas “proviene de la variedad de concepciones que los hombres tienen del modo en que son las cosas, pues se trata en efecto de una misma variedad” (1994: 146) y concebir los signos como modos de pensamiento, como un lenguaje que puede ser interpretado. Luego le sigue el turno al poder y el carisma presentado en el quinto capitulo, el cual parte de una crítica a la forma en que se ubica la noción de carisma dentro del proyecto de Weber, y como siguientes lecturas han logrado complejizar aun más el panorama. En este sentido, Geertz se propone investigar la sacralizad inherente al poder soberano a partir de la revisión de tres casos específicos: Isabel de Tudor en Inglaterra, Hayam Yuruk en Java y Hasán I en Marruecos. Pese a las diferencias de estos tres casos, el autor encuentra la existencia de un elemento común: la autoridad política requiere de un marco cultural en el cual definirse y desarrollarse, por lo que propone estudiarlo a partir del centro (ideología y cultura) para entender el fenómeno de la figura carismática. Asimismo, la relación que se establece entre el centro y la figura carismática es lo que explica el carácter de sacralidad que se le otorga (5). Finalmente, el “método” se emplea al pensamiento moderno, o como lo plantea Geertz hacia una etnografía del pensamiento moderno. La pregunta acerca del pensamiento ha estado presente a lo largo del conjunto de discusión antropológica encontrándose respuestas que van desde la mente primitiva pasando por el relativismo cognitivo hasta la inconmensurabilidad conceptual. El argumento que desarrolla el autor es “explicar” presupuestos metodológicos y los procedimientos de investigación. En este sentido, el principal presupuesto tiene que ver con que las disciplinas son maneras de ver el mundo. Asimismo, el autor se va a detener a tres aspectos del campo antropológicos: la utilización de datos convergentes; 2) la explicación de las clasificaciones lingüísticas; 3) la investigación del ciclo de la vida.

A lo largo de estos ensayos, se enfatiza ciertos aspectos de la propuesta de Geertz: en primer lugar, (como ya vimos) se hace referencia a la “obligación” de empezar por el punto de vista del “nativo”; en segundo lugar, se afirma que todo objeto cultural debe ser entendido dentro del contexto que le otorga su sentido, es decir, “en su contexto local las “cosas” se pueden volver legibles” (Rosaldo, 1997: 31); en tercer lugar, a lo largo de los ensayos se proponen diferentes ejemplos provenientes de realidades “distintas” con el fin de dar visibilizar el asunto a tratar, así como transgredir los limites de la imaginación humana y un sinfín de normas culturales (como sucede en el caso de saltar la diferencia entre “alta” y “baja” cultura en las artes al tomar ejemplos diversos). (Rosaldo, 1997). En este sentido, el conjunto de ensayos seleccionados para realizar el presente trabajo son “(…) un buen numero de verdaderas interpretaciones de algo, así como una serie de formulaciones antropologizantes de algunas de las implicaciones de las interpretaciones que considero mas interesantes, y asimismo, un ciclo recurrente de términos (…) diseñados para sugerir que hay un sistema que persiste, que todas esas interrogaciones apuntadas con tanta variedad, quedan resumidas en una sólida concepción del modo en que se podría emprender una crónica del imaginario de la sociedad” (1994; 14)

En la propuesta de Geertz aplicada y desarrollada en este libro, la primera duda que se presenta es: el continuo énfasis “relativista” del autor al afirmar que todo objeto cultural adquiere sentido en relación a un contexto determinado implicada el reconocimiento de las diferencias culturales ubicadas en un plano. Sin embargo, al ubicar todo objeto cultural en un entramado simbólico significante, y conceptualizar estos elementos con la posibilidad de trasladar el modelo saltando de un contexto a otro se presenta como una continuidad universalizante en su propuesta. Es decir, la propuesta “interpretativa” del autor se sustenta en partir de una serie de supuestos universales, es decir, trasladables a todo tipo de cultura, asumiendo así que el “funcionamiento” cambia en tanto cambia el “contenido y forma” del entramado simbólico, pero finalmente es un entramado simbólico con ciertos ejes a partir de los cuales es posible comprender el funcionamiento “cultural”. Asimismo, frente a la metáfora del análisis cultural como lectura y de la cultura como texto (documento activo) salta la pregunta sobre la “totalidad” del texto. Un texto esta escrito, es decir, representa una suerte de totalidad la cual se enuncia como su propia incapacidad de constituirse como tal, pero al mismo tiempo es esta “totalidad” lo que la define. Entonces, la cultura aparecería como una “totalidad”, lo cual aparece como necesario para su conformación y propia lógica, pero que al mismo tiempo es un imposible.

Existen diversos elementos presentes en el texto que deben discutirse (6). Sin embargo, la limitación de espacio obliga a centrarnos en un último aspecto: las ausencias. 1) Un elemento que se menciona continuamente a lo largo del texto, pero siempre se presenta como una “calle aledaña a la paralela” por la cual transita Geertz, es respecto a la noción de traducción (7). 2) la propuesta de entender el arte como sistema cultural no toma en cuenta los diferentes sujetos que participan y posibilitan la producción de una obra de arte. 3) Consideramos que la propuesta de plantear una serie de características y/o semi-cualidades del sentido común no termina por permitirnos comprender la forma en que tal sentido común se “construye”.

Bibliografía.

Foucault, Michel. (2000) Defender la Sociedad. Fondo de Cultura Económica. Buenos Aires.

Geertz, Clifford (2001). La interpretación de las culturas. Gedisa Editorial. Barcelona.

Geertz, Clifford. (1996). Los usos de la diversidad. Ed. Paidos. Barcelona. pp. 66-92

Geertz, Clifford. (1994). Conocimiento Local. Ed. Paidos. Buenos Aires. Introducción, Primera y Segunda Parte. pp. 11-192.

Rosaldo, Renato. (2000). Cultura y verdad. La reconstrucción del análisis social. Ed. Abya-Yala. Quito.

Rosaldo, Renato. (1997). “A note on Geertz as a Cultural Essayist”. Representations. No. 59. pp. 30-34.

Roseberry, William. (1989). Anthropologies and Histories: Essays in Culture, History and Political Economy. Rutgers University Press.

1. En la introducción del libro (1994: 11-27) ya el autor presenta los argumentos centrales del libro y de los diferentes capítulos, enuncia la estructura del mismo al decir “[l]a naturaleza figurativa de la teoría social, la interacción moral de mentalidades opuestas, las dificultades practicas para observar las cosas tal como otros las observan, el estatuto epistemológico del sentido común, el poder clarificador del arte, la construcción simbólica de la autoridad, la ruidosa diversidad de la vida intelectual moderna y lo que considera justo (…)” (1994: 13).
2. De ahora en adelante, todas las referencias que solo contengan el año y/o el numero de pagina se refieren a los textos de Geertz puestos en la bibliografía.
3. Para una critica a la propuesta de Geertz y su “utilización” en el análisis de las peleas de gallos ver Roseberry (1989), quien plantea que finalmente Geertz no logra aplicar los criterios expuestos en el primer capitulo de su libro (Geertz, 2001: 19-40) al analizar la pelea de gallos ya que representa una cultura como “ya escrita”, en la que la cultura termina convirtiéndose en un producto en lugar de una constante producción.
4. Para un desarrollo posterior de estos conceptos como lenguaje técnico y lenguaje cotidiano ver (Rosaldo, 2000)
5. Seria interesante contraponer la concepción de “poder” presente en el texto de Geertz, con aquellas desarrolladas por Bourdieu y Foucault. En el caso de este ultimo, salta a la mente las precauciones respecto al método para analizar el poder (Foucault, 2000: 33-47) y nos obliga a pensar en la posibilidad o no de intersecciones entre ambas propuestas. Sin embargo, todas estas inquietudes desbordan los límites del presente texto, tanto en extensión, como en tiempo.
6. Puede resultar una “perogrullada” intentar argumentar la importancia que este texto tiene a las problemáticas que se busca desarrollar en el curso “Teorías Antropológicas”, por lo que dejamos de lado tal requisito. Resultaría mas interesante, por ejemplo, continuar el debate planteado por Rosaldo (2000: 199) respecto a el papel que cumplen los sentimientos en el trabajo de campo refiriéndose a la propuesta de Geertz.
7. Noción que ocupa un lugar central en debates contemporáneos y que encuentra su versión más “provocativa” en los textos de Spivak. Vale señalar, que por diferentes razones, preferimos la noción de equivalencia a la de traducción.

Loic Wacquant - "Following Pierre Bourdieu into the field"


Loic Wacquant es un sociólogo francés bastante interesante. En su pagina web se pueden encontrar muchos artículos suyos, su biografía, etc. A continuación pongo la referencia a un texto que esta en su pagina web, que sirve para entender su posición frente a la etnografía.

"Following Pierre Bourdieu into the Field". (2004).

Abstract. Attending to Bourdieu’s early field studies conducted concurrently in colonial Algeria and in his childhood village of Béarn in southwestern France sets his scientific approach and output into a new light: it reveals the twinned ethnographic roots of his theoretical enterprise; it dissolves the caricatural figure of the ‘reproduction theorist’ oblivious to historical change; and it dispels the academic fiction of the ‘practice theorist’ by displaying how Bourdieu’s conceptual innovations (such as the reintroduction of habitus) were driven by questions of field research centered on social transformation, cultural disjuncture, and the fissuring of consciousness. Using each site as a living laboratory to cross-analyze the other enabled Bourdieu to discover the specificity of the ‘universally prelogical logic of practice’ and led him to break out of the structuralist paradigm. It also stimulated him to translate his existential disquiet with the scholastic posture into a methodical return onto the operations and tools of objectivation that evolved into his trademark stance of epistemic reflexivity. Recoupling his youthful inquiries in Kabylia and Béarn further reveals how, foreshadowing the ‘repatriation’ of anthropology after the close of the imperial age, Bourdieu revoked the dominant conception of ethnography as a heroic exploration of otherness and pioneered multi-sited ethnography as a means for controlling the construction of the object. Bourdieu’s paired field studies of social structure and sentiment in the far-away colony and the mother-country not only efface in practice the disciplinary division between sociology and anthropology. They demonstrate that one can conduct ‘insider ethnography’ and acknowledge the social embeddedness and split subjectivity of the inquirer without reducing ethnography to story-telling and forsaking social theory for poetry. Indeed, the ‘participant objectivation’ that Bourdieu sought to achieve and exemplify in his linked trans-Mediterranean investigations aimed to buttress the scientific underpinnings of fieldwork and points up his conception of social science as an instrument of self-appropriation.

Otros textos:

-Entrevista. Guetos y anti-guetos. anatomía de la nueva pobreza humana.
-Castigar a los parias urbanos.
-Entrevista. Pensamiento critico y disolución de la Doxa.

Finalmente, hace algunos años se desarrollo un debate (entre Wacquant y tres academicos norteamericanos) a partir del articulo Scrutinizing the street: Poverty, Morality, and the Pitfalls of Urban Ethnography de Wacquant. Las respuestas: Mitchell Duneier. What Kind of Combat Sport Is Sociology? ; Elijah Anderson. The Ideologically Driven Critique: Katherine Newman. No Shame: The View from the Left Bank.

Agamben - ¿Que es un campo (de concentracion)?


Uno de los pensadores vivos mas importantes en la actualidad es el italiano Giorgio Agamben. Aun no muy conocido en estas partes del mundo, aunque ya tiene varios libros traducidos en castellano. Así que pongo un texto que encontré en internet a manera de presentarlo.

(Ademas Ver: Un encuentro con Giorgio Agamben (entrevista); su producción; The political life in Giorgio Agamben por Colin McQuillan; una mirada a Giorgio Agamben; Retorno al campo como paradigma biopolitico por B. Aspe y M. Combres en el blog reconstruyendo el pensamiento)

¿Que es un campo?
Giorgio Agamben

Lo que ha ocurrido en los campos de concentración supera de tal modo el concepto jurídico de crimen, que muchas veces se ha olvidado considerar la verdadera estructura jurídico-política en la cual aquellos sucesos se produjeron. El campo es el lugar en el que se ha realizado la más absoluta conditio inhumana que se haya dado jamás sobre la tierra: es decir, en última instancia, lo que cuenta tanto para las víctimas como para los descendientes. Aquí seguiremos deliberadamente una orientación inversa. En vez de deducir la definición de campo por los sucesos acaecidos, nos preguntaremos más bien: ¿qué es un campo, cuál es su estructura jurídico-política, por qué han podido tener lugar semejantes sucesos? Todo esto nos llevará a mirar el campo, no como hecho histórico, ni como una anomalía perteneciente al pasado (aunque sí eventualmente, está todavía por verificarse), sino, de alguna manera, a la matriz escondida, al nomos del espacio político en el que vivimos. Los historiadores discuten acerca de si la primera aparición de los campos se deba identificar con los campos de concentración creados por los españoles en Cuba en 1896 para reprimir la insurreción de la población de la colonia, o con los concentration camps en los cuales los ingleses a principios de siglo reunieron a los boers; lo que importa aquí es que, en ambos casos, se trata de la extensión a una población civil entera de un estado de excepción ligado a una guerra colonial. Los campos nacen, no del derecho ordinario (y nunca, como se ha podido creer, de una transformación y un desarrollo carcelario), sino del estado de excepción y de la ley marcial. Esto es todavía más evidente para los Lager nazis, sobre cuyo origen y régimen jurídico estamos bien documentados. Sabido es que la base jurídica del internado no era el derecho común, sino la Schutzhaft (literalmente: custodia protectiva), una institución jurídica de origen prusiano que los juristas nazis clasifican a veces como una medida de policía preventiva, en cuanto permitía "tomar en custodia" a individuos independientemente de cualquier comportamiento penalmente relevante, únicamente con el fin de evitar un peligro para la seguridad del Estado. Pero el origen de Schutzhaft está en la ley prusiana del 4-6-1851 sobre el estado de asedio que en 1871 se extendió por toda Alemania (a excepción de Baviera) y, mucho antes, en la ley prusiana sobre la "protección de la libertad personal"
(Schutz der persönlichen Freiheit) del 12-2-1850, que encontró una gran aplicación en ocasión de la primera guerra mundial.

Este nexo constitutivo entre estado de excepción y campo de concentración no debería ser sobrevalorado, en una correcta comprensión de la naturaleza del campo. La "protección" de la libertad que se cuestiona en la Schutzhaft es, irónicamente, protección contra la suspensión de la ley que caracteriza la emergencia. La novedad es que, ahora, esta institución se disuelve por el estado de excepción sobre el cual se fundaba y se la deja en vigor en situación normal. El campo es el espacio que se abre cuando el estado de excepción empieza a convertirse en la regla. En éste, el estado de excepción, que era esencialmente una suspensión temporal del ordenamiento, adquiere ahora una disposición espacial permanente que queda como tal, pero siempre fuera del ordenamiento normal.

el texto completo aqui.

Becker (y Bourdieu)

Aprovecho la flojera de estos momentos pa poner algo sobre Howard Becker. (ver su pag web. pa consultar su biografia, intereses y varios articulos). Especificamente, una entrevista realizada el 2006 por Alain Pessin a Becker en donde se discuten las semejanzas y diferencias entre los conceptos de mundo (Becker) y campo (Bourdieu).


(la foto: becker en su epoca de musico, en un bar de Chicago en 1950).

--------------------------
A Dialogue on the Ideas of "World" and "Field"

Howard S. Becker and Alain Pessin

Sociological Forum, 21 (2006), pp. 275-286

Alain Pessin: Howard Becker, the idea of "world," which you have explored fully in Art Worlds (1982), has aroused great interest among sociologists of art, in France as elsewhere in the world. It appears in many works, but one nevertheless has the feeling that the uses it is put to are not always very clear and do not do it justice. It is often minimized, reduced in its range and significance to the single positive virtue of cooperation. It is sometimes purely and simply denied in its specificity when it is finally turned into a more optimistic variant of what Pierre Bourdieu has called "field." Thus many authors, professionals as well as graduate students, think that the ideas of field and world are simply two interchangeable approaches which are equally useful in the same research project, one emphasizing conflict, the other the complementarity of actors and actions. In this view, sprinkling a little Becker on Bourdieu would produce good sociology, if only because it would make the world seem a little less desperate place. It seems to me that this would be too simple-minded, an insufficiently rigorous use of the idea of world. That's why I think it is time to clarify this idea, and to see, with you, how it differs from and is opposed to the idea of field.

Let's begin with this latter idea. What does the idea of field evoke for you?

Ver el articulo completo.

Nestor García Canclini - Diferentes, Desiguales y Desconectados

García Canclini, Néstor. (2004). Diferentes, Desiguales y Desconectados. Mapas de la interculturalidad. Ed. Gedisa. Barcelona.

El presente documento tiene como objetivo central presentar de manera breve, y por lo tanto parcial, los principales argumentos presentes en el libro “Diferentes, Desiguales y Desconectados” de García Canclini . Este libro se presenta como un recorrido a través de los distintos aspectos que constituyen lo que el autor denomina “mapas de la interculturalidad” . En este sentido, es posible identificar el argumento central que recorre el conjunto del texto, el cual es la búsqueda de los espacios de intersección entre los enfoques que tratan la desigualdad, diferencia y desconexión con el fin de elaborar nuevos objetos de estudio y metodologías dentro del marco de las transformaciones y efectos producto del proceso globalizador.

Sigue...


Es decir, la globalización y los cambios producidos en los últimos 15 años han “desfigurado” el paisaje social y obligan a las disciplinas académicas ha redefinir sus marcos de elaboración, producción e investigación. Este espacio de intersecciones esta constituido por la noción de interculturalidad, la cual implica “que los diferentes son lo que son en relaciones de negociación, conflicto y préstamo recíprocos” (2004: 15), “o sea la abundancia de opciones simbólicas, propicia enriquecimientos y fusiones, innovaciones estilísticas tomando prestado de muchas partes” (2004: 22). Esta noción busca presentarse como una solución a la exaltación indiscriminada de la fragmentación y el nomadismo, las cuales constituyen rasgos del pensamiento teórico posmoderno. De esta manera, la propuesta del autor se enmarca dentro de una perspectiva intercultural, la cual tiene a su favor el que “proporciona ventajas epistemológicas y de equilibrio descriptivo e interpretativo, lleva a concebir las políticas de la diferencia no solo como necesidad de resistir” (2004: 21). Vale señalar, que el libro no se limita a presentar un debate teórico, sino que busca explicitar cuales son los fracasos sociopolíticos con el fin de “mirar sus fracasos culturales no solo como resultado de errores o corrupción, de la asfixia que la economía neoliberal impone al juego democrático, sino también como frustraciones teóricas” (2004: 19).

La primera sección del libro (“Mapas) el autor se centra en la búsqueda de espacio de intersección entre las disciplinas (antropología, sociología y comunicación) a partir de la pregunta sobre las condiciones en que se gestionan “las diferencias, las desigualdades, la inclusión-exclusión y los dispositivos de explotación en procesos interculturales” (2004: 43); y la segunda parte (“Miradas”) se centra en presentar la forma en que operan estos movimientos de “organización-desorganización” de la interculturalidad en diferentes escalas.

Dicho esto, el capitulo que inicia la primera sección sirve de eje transversal al conjunto del texto, el cual trata sobre la pregunta sobre la cultura y sus definiciones. El autor identifica dos narrativas principales al hablar de cultura: por un lado, es aquella ligada al pensamiento ilustrado, la filosofía idealista y con un uso coloquial que se basa en la distinción entre cultura y civilización y ha sido utilizada como sinónimo de conocimiento de los grupos dominantes. Esta noción ha sido producto de diferentes criticar siendo la principal que naturaliza la división entre lo corporal y mental; y por otro lado, existen uno usos científicos que se desarrollaron oponiendo el concepto de cultura al de naturaleza y al de sociedad. Cada una de estas opciones tuvo consecuencias políticas, siendo para el caso de la oposición entre cultura y naturaleza el relativismo cultural.

A partir de esta revisión, el autor construye una primera definición operativa de cultura, planteando que esta abarca “el conjunto de los procesos sociales de significación” (2004; 34, énfasis en el original). Esta definición procesual y cambiante de cultura presenta una serie de inconvenientes por lo que es necesaria “ampliarla” insertando un componente sociosemiótico, por lo que debe identificarse las vertientes de esta perspectiva procesual que toma en cuenta lo sociomaterial y lo significante: 1) la cultura como la instancia en la que cada grupo organiza su identidad ( 2004: 35); 2) la cultura vista como una instancia simbólica de la producción y reproducción de la sociedad (2004: 37); 3) vista como una instancia de conformación del consenso y la hegemonía (2004: 37); 4) cultura como dramatización eufemizada de los conflictos sociales. Frente a estas posturas, García Canclini se pregunta como volverlas compatibles, partiendo de la afirmación que no constituyen paradigmas en el sentido estricto, sino que son narrativas. Para buscar una respuesta, el autor propone continuar el trabajo epistemológico de estas aproximaciones para ver las formas de articularas. Asimismo, las transformaciones globalizantes obligan a repensar la definición sociosemiótica de cultura “como procesos de producción, circulación y consumo de la significación de la vida social” (2004: 39) identificando su utilidad y sus limites. En este sentido, el autor retoma la propuesta de Appadurai de considerar la cultura no como sustantivo, sino como adjetivo. Es decir, pasar de la cultura a lo cultural cambiando así el propio objeto de estudio. En este sentido, podríamos afirmar, siguiendo al autor, que la hipótesis que recorre el libro es que los “lugares actuales de lo cultural oscilan entre su concepción social y universal extendida en la primera modernidad y, al mismo tiempo, las exigencias mercantiles impuestas en los últimos años.

Expuesto este “escenario”, el autor presenta un primer intento explicito por articular los procesos en los que se constituye una teoría consistente de la interculturalidad. Estos procesos, comúnmente abordados desde distintas disciplinas, son: las diferencias, las desigualdades y la desconexión. De esta manera, el segundo capitulo parte de la presentación de las teorizaciones de la diferencia tomando como caso representativo los estudios étnicos, para luego centrarse en la propuesta de articulación entre diferencia y desigualdad de Bourdieu y las criticas/modificaciones que esta ha sufrido por parte de personas que trabajaron con este pensador y luego se distanciaron. Plantea evitar tres formas de hablar de la diferencia: 1) empezar desde una teoría de la desigualdad; 2) legitimar únicamente enfoques surgidos de una experiencia particular; conceptualizaciones provenientes de una experiencia histórica que plantean como rígidas y generalizables, y por lo tanto, corren el riesgo de dogmatizarse. Así, el autor plantea que las tres direcciones teóricas (diferencia, desigualdad, y desconexión) corresponden a la yuxtaposición de temporalidades presentes en la región Latinoamericana.

El capitulo tercero se centra en dos autores centrales en la teoría social como son Bourdieu y Geertz, con el objetivo de “encarar algunos dilemas del trabajo científico confrontándolo con lo que podríamos llamar la “epistemología” implícita de los shoppings y los medios” (2004: 83, énfasis en el original). Otro objetivo, es plantear el problema de la subjetividad y objetividad del conocimiento en relación a las configuraciones institucionales. En relación a cada uno de estos dos autores, García Canclini realiza una breve presentación de los principales elementos de sus propuestas teórico-metodológicas para luego señalar como estas propuestas es entrecruzan. Esto le permite a García Canclini enfatizar la importancia que plantear las intersecciones como espacios privilegiados de investigación y la interculturalidad como espacio revelador de los tiempos de globalización. En este sentido, el científico social puede “mediante la investigación empírica de relaciones interculturales y la critica auto reflexiva de las fortalezas disciplinarias, intentar pensar ahora desde el exilio” (2004: 101).

Entonces, la antropología no solo debe enfrentarse a los efectos de la globalización en la medida de su metodología y objeto de estudio, sino que esta redefinición obliga a repensar la propia perspectiva disciplinaria. Este punto se aborda en el cuarto capitulo donde el autor presenta una reflexión en torno a “los limites de los debates epistemológicos y políticos posmodernos que situaron en la construcción de los textos etnográficos los conflictos de la interculturalidad. En este sentido el autor se centra en tres aspectos: respecto al antropólogo como escritor el autor plantea tres operaciones necesarias para que la antropología salga de la condición de simulacro a la que se ha visto reducida producto de diversos debates posmodernos y así logre asumirse como construcción del objeto de estudio. Estas operaciones serian: problematizar e incluir dentro de la investigación la interacción cultural y política entre antropólogo y sujeto estudiado; suspender la pretensión de totalización; recrear en el texto la multiplicidad de “voces”. Un segundo aspecto es la necesidad de no aislarse dentro del análisis textual, sino que se debe dar paso a la crítica socio institucional. En tercer lugar, respecto al trabajo de campo, el autor presenta el cambio que se ha producido al pasar del trabajo de campo entendido en su “forma clásica”, y los nuevos objetos de estudios y recursos conceptuales que plantean la posibilidad del ejercicio de investigación en un “nosotros. Sin embargo, como plantea el autor, estas “nuevas investigaciones” deben tomar en cuenta la diferencia sin excluir la desigualdad, mientras que paralelamente trabaje procesos “empíricamente localizables que no los desconecte de redes transnacionales, un saber atento a la voz de los actores sin que por eso disimular las condiciones institucionales que lo legitiman o financian” (2004: 118). El recorrido expuesto en este capitulo, García Canclini lo vuelve a realizar en el siguiente capitulo pero en relación a los estudios culturales. En este caso, parte de la diferenciación de los estudios culturales latinoamericanos, anglosajones y europeos para situarse en la intersección de estos tomando en cuenta las desigualdades en la distribución y comunicacional. De esta manera, el autor argumento como la agenda inaugural de los estudios culturales se ha vuelto cada vez mas fragmentaria, por lo que el actual reto de esta perspectiva transdiciplinaria es intentar “encontrar sentido de las huellas inscriptas por esos fragmentos sobreviviente” (2004: 128).

El siguiente capitulo abre la segunda parte del libro (“Miradas) en donde el autor intenta presentar y proponer un debate sobre los argumentos presentados anteriormente a partir de experiencias/ejemplos/situaciones. De esta manera, en el sexto capitulo el autor presenta una reflexión en torno a las dificultades y efectos presentes en los intentos de designación de “América Latina”. En este sentido, el autor parte de la identificación de tres estrategias utilizadas en ciencias sociales y humanas para designar y comprender lo que se sucede en este territorio sociocultural: a) nominalismo exhaustivo; b) “identificar los nombres fundamentales de las identidades, y declarar, desde el relativismo filosófico y antropológico, que todos son validos” (2004: 133); c) el cadáver exquisito Dicho esto, el autor propone una cuarta estrategia, a la cual es el trabajo interdisciplinario y donde el autor se alinea. Esta perspectiva no solo supone una forma de preguntarse e investigar respecto a este territorio sociocultural, sino que también incluye una propuesta política en tanto interesa “lo latinoamericano como un horizonte donde dejar de ser minorías aisladas y proyectos inconexos” (2004: 144). El siguiente capitulo busca responder las preguntas que surgen en torno al sujeto a partir de la siguiente pregunta: “¿Cómo avanzar desde la sospecha necesaria para librarnos de afirmaciones ingenuas de la subjetividad hacia el trabajo reconstructivo indispensable para dar solidez a ciudadanías posibles? ¿Qué tareas de investigación, teóricas y políticas se necesitan?” (2004: 147). El autor hace un balance de los debates que han surgido en torno a la categoría de sujeto con un doble objetivo en mente: por un lado, revalorar estas contribuciones inscribiéndolas en una perspectiva de larga duración; y por otro, poder sugerir líneas de investigación que sirvan para repensar lo subjetivo en condiciones “posmodernas” y de globalización. De esta manera, el autor propone incluir la interculturalidad como un elemento constituyente en la configuración del sujeto, así como incluir el lugar desde el cual el sujeto habla. En este sentido, esta reflexión le permite al autor, una vez mas, afirmar que la investigación no debe situarse en un sujeto especifico, sino en las intersecciones, “en los lugares donde los sujetos pueden hablar y actuar, transformarse y ser transformados” (2004; 166). El siguiente capitulo se centra en la categoría de culturales juveniles para especificar y contextualizar la forma en que se aborda una averiguación sobre el sentido intercultural del tiempo y en que sentido está constituye una pregunta social.

A continuación, el autor retoma las estrategias sugeridas para repensar la noción de sujeto, y en el capitulo 9 aborda las formas de construcción de “saber” partiendo de la importancia de incluir en el centro de esta producción a la interculturalidad. Para esto, García Canclini presenta dos “campos estratégicos” en los que se “juegan los compromisos recíprocos entre diversidad cultural y sociedades del conocimiento: hegemonía del idioma ingles en la producción, circulación y apropiación de los saberes; y la interacción entre tecnologías comunicacionales, formas de conocimiento y estructuras de poder económico y cultural. (2004: 184). El ultimo capitulo se centra se centra la articulación de tres hipótesis a partir de la circulación y recepción de productos culturales latinoamericanos en circuitos transnacionales, centrándose en el campo cinematográfico. Estas tres hipótesis son: 1) la globalización desglobaliza; 2) las minorías no solo existen al interior de una nación sino también de forma transnacional; 3) es necesario distinguir minorías demográficas y minorías culturales. A manera de conclusión el autor presenta un “Epilogo” en donde trata dos asuntos: el papel del Estado y de las políticas de poder, y la articulación entre lo real y lo imaginario en las relaciones interculturales.

De los temas presentados en este texto, nos gustaría centrarnos en una pista de investigación que el texto plantea el cual tiene que ver con la forma de que debe ser repensada la ciudadanía y los cruces entre política y cultura. En este sentido, resulta evidente que la ciudadanía no tiene que ver solo con los derechos clásicos sino con nuevas temáticas, como la identidad, la tecnología (información, comunicación, conocimiento) en la medida en que se puede ejercer mejor la ciudadanía, con el respeto a la diversidad de proyectos de vida, en si, los nuevos planteamientos valorizan hoy día el espacio simbólico y publico, no solo el material. (Hopenhayn, 2001). Es decir, en palabras de García Canclini, el “ser ciudadano no tiene que ver solo con los derechos reconocidos por los aparatos estatales a quienes nacieron en un territorio, sino también con las practicas sociales y culturales que dan sentido de pertenencia y hacen sentir diferentes a quienes poseen una misma lengua, semejantes formas de organizarse y satisfacer sus necesidades” (1995: 19).

Así, resulta necesario replantear la ciudadanía como estrategia política, para así poder incluir las prácticas emergentes no consagradas por el orden jurídico. Esto supone tanto reivindicar los derechos de acceder y pertenecer al sistema sociopolítico como el derecho a participar en la reelaboración del sistema, es decir, definir por tanto aquello en lo cual queremos ser incluidos. En este sentido, el autor va a buscar elaborar un marco conceptual que piense la ciudadanía como estrategia política, donde se considere al consumo cultural como una dimensión de la ciudadanía. (sobre consumo cultural ver: García Canclini 1991, 1993 y 1995).

De esto se deriva la necesidad de pensar la ciudadanía en los nuevos cruces y articulaciones entre cultura, política y desarrollo en cuatro aspectos: las brechas entre integración material e integración simbólica en la nueva fase de modernización latinoamericana; el campo de la industria cultural como espacio central de disputa por la integración y hegemonía cultural; las asimetrías simbólicas de la globalización cultural y los problemas de integración/subordinación cultural que ellas suponen y, finalmente una reflexión sobre la ciudadanía en las tensiones igualdad – diferencia que se dan hoy. (Hopenhayn, 1996). Lo político de la cultura no solo pasa por una lucha entre identidades, sino ante todo por una lucha de subordinación entre nacionalización y subjetividad, o bien entre ratio y sentido, o bien entre racionalidad económica y racionalidad cultural. “La culturas son rescatas del silencio para luego ser masticadas por el ruido mediático”. En las industrias culturales (donde confluye la lógica de economía y el mundo de la cultura) se juega hoy el principal resorte de poder en el escenario de posguerra fría: el poder de los símbolos y de las ideas. (Ver Hopenhayn, 1994 y 1999).

Sin detenernos en las ambigüedades presentes en la postura de Hopenhayn respecto a la forma en que aborda los efectos que tiene los medios de comunicación masiva en los sujetos, podemos afirmar que su posición respecto a la diferencia no logra el nivel de articulación que plantea García Canclini como estrategia necesaria para construir un mapa de la interculturalidad. Sin embargo, en ambos autores se encuentra presenta la necesidad de repensar la relación entre cultura y política a través –principalmente- de la categoría de ciudadanía. A manera de conclusión podemos plantear la importancia de ubicar estas intersecciones a las cuales alude García Canclini, para poder encontrar respuestas a las preguntas respecto a la diversidad. Una de las principales intersecciones de nuestros tiempos son las industrias culturales, como espacios de articulación de distintos niveles de lo “social”. En este sentido, mas allá de los comentarios puntuales y/o generales que pueden realizarse respecto al texto trabajado, es necesario tomarlo como pistas, como la apertura a un conjunto de interrogantes de las que este autor solo señala uno de los posibles caminos para abordarlo, pero deja construido un conjunto de elementos para realizar estos diversos tránsitos.


Bibliografía.

García Canclini, Néstor. (2004). Diferentes, Desiguales y Desconectados. Mapas de la interculturalidad. Ed. Gedisa. Barcelona.

García Canclini, Néstor (Coord.). (1993). El consumo cultural en México. Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. México.

García Canclini, Néstor. (1995). Consumidores y ciudadanos. Gribaljo. México.

García Canclini, Néstor. (1991). “El consumo sirve para pensar”. En: Diálogos de la comunicación Nº 30.

Hopenhayn, Martín. (2001). “Viejas y nuevas formas de ciudadanía”. En: Revista de la CEPAL, No. 73. Santiago de Chile.

Hopenhayn, Martín. (1999)¿Integrarse o subordinarse? Nuevos cruces entre política y cultura. Documento de trabajo presentado en el Grupo de trabajo CLACSO “Cultura y transformaciones sociales en tiempos de globalización. Caracas.

Hopenhayn, Martín, Ni apocalípticos ni integrados, Aventuras de la modernidad en América Latina, Fondo de Cultura Económica, Chile, 1994.

Hopenhayn, Martín; Calderón; Fernando y Ernesto Ottone. (1996). Esa esquiva modernidad, desarrollo, ciudadanía y cultura en América Latina y el Caribe, UNESCO – Nueva sociedad. Caracas.