El APRA, desde su cuna
Aprovecho un rato libre para comentar algo que ha llamado mi atención durante mi viaje a La Libertad. Al llegar al departamento, y más aún a la provincia de Trujillo, uno tiene en su imaginario la idea de la cuna del APRA, del último bastión de su fortaleza. La conversación y convivencia con los trujillanos de las más diversas tendencias políticas va matizando poco a poco esa percepción inicial.
El APRA se encuentra severamente golpeado en La Libertad debido a la derrota sufrida en la carrera electoral por la alcaldía provincial de Trujillo, simbólicamente hasta más importante que la propia presidencia regional, en actual control del partido gracias a la victoria de José "Pepe" Murgia. En medio del desgaste del APRA por la continua gestión municipal, las pugnas internas en el partido entre las distintas tendencias presentes a su interior, y la avasalladora campaña de César Acuña (todo un personaje) de Alianza por el Progreso, el "partido de la estrella" no solo perdió las elecciones sino que lo hizo alcanzando cerca de la mitad de la votación de APP. Aun los apristas no terminan de ver estrellas por lo rápido que sucedió todo esto, pero ya se pueden esbozar algunas explicaciones.
Aunque las causas de este declive del partido son muchas (como siempre), hay una que me ha llamado la atención en particular, aunque no por ello quiero decir que sea la más importante. Trujillo se encuentra en medio de un crecimiento y cambio importante. No sólo por el tema de la agro-exportación de productos no tradicionales, sino también por una mayor diversificación y "complejización" en general. Es una sociedad en la que el imaginario de "los señores", del tiempo de la oligarquía, encuentra cada vez menos lugar en medio del mar de ticos y de la cada vez más extensa urbe. Me da la impresión que de alguna manera el APRA no ha logrado insertarse adecuadamente en medio de estos cambios, apelando aún a la ya conocida reproducción de la militancia a través de la familia: de padre a hijo, y al nieto, y así. El partido que surge en los 30 parece estar alcanzando el límite en su forma de (re) producción de militantes y adherentes, más propia de espacios menos diferenciados; sobre todo entre los más jóvenes, para los que los cuentos sobre la oligarquía que oprimía al partido del pueblo y los martires de Chan Chan, ya no parece pegar como fuente de identidad y cohesión. El refugio electoral que significó la figura de Murgia (antes "Pepe" que APRA) ha mostrado sus límites.
Luego pongo más, hay para bastante.
El local central del APRA en la Libertad: Destruido en años recientes por un sismo, su parte exterior fue restaurada y mejorada, con un busto de Haya de la Torre vigilando la puerta. Parece que aún resulta difícil buscar nuevos cimientos a la organización.
4 comentarios:
Tuve una impresión similar impresión similar cuando viajé a Trujillo durante la campaña electoral presidencial. Nadie parecía apoyar al APRA tajantemente, incluso la mayoría de mis conversaciones informales sobre el tema terminaban por diluirse en un listado interminable de razones por las cuales no votar por el partido en cuestión ni por nada que se le acerque. Muchas de esas razones , las que suponían una esencia inmanente al aprismo (del tipo "el apra es o actúa así porque así es el apra y así son los apristas") terminaban por encarnarse en la figura del alcalde al que se refiere Rodrigo. Pese a ello en la encuesta que fui a supervisar el apoyo al APRA NO resultó siendo bajo. No me he fijado en el "tipo" de personas que apoyarían al APRA, aunque sería interesante. Pese a ello no creo que se trate de una cuestión de militancia. Aunque los medios "tradicionales" de la reproducción de la militancia aprista pudieran no ser los del inicio porque nos encontramos en medio de espacios más diferenciados, eso significa necesariamente que el APRA o el aprismo no sean ya una fuente vigente de identidad y cohesión. Si volvemos a la figura del alcalde y notamos que se le relacionaba con una esencialización de lo aprista cabría preguntarse si es la esencialización lo que prima o es las características particulares de UN aprista. Me parece que es la figura del alcalde la que en parte hace que llene de una "mala sustancia" al recipiente identitario de lo aprista, que como todo ente movilizador de indentidades tiene en principio un cuerpo vacío que debe ser llenado. Puede que no resulte en una adherencia permanente o en la militancia de antaño, pero puede que en ciertas circunstancias el aprismo liberteño sea todavía un referente regional para la expresión política. Si eso es así, que se suponga que los nuevos contextos debilitan la simpatía por el apra porque el folclor aprista ya no representa más las vivencias de la gente sería por demás discutible.
Cuando te refieres al alcalde al que "me refiero", ¿hablas de Murgia? Si es así, no cabe la conclusión, puesto que Murgia no solo es querido por todos aqui, sino que ademas es querido por encima del aprismo. Es decir, el no es la "corporeización" (!) o encarnación del aprismo. Aqui se habla sobre su gestión negativametne cuando se dice "mucho tiempo el APRA en el poder" o "roban", pero "Pepe" lo merece todo, y jamas robó ni nada. La prueba de que Murgia no es el reflejo de "todo lo malo" del apra, es que alcanzo la presidencia regional con muy buena votación, y repito, nuevamente más por ser "Pepe" que por ser el APRA.
Creo que Diego se refería al candidato municipal por el Apra, quien perdió con Acuña. Ese alcalde como fuente de una mala sustancia que impide se haya potenciado el recipiente identitario de lo aprista para tales elecciones.
Buen post, y un estilo que me parece cada vez más cuajado. Da pie a una interesante discusión que espero sea nutrida por los comentarios del resto de participantes del blog.
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La verdad que, sobre estos temas, no soy ni por delirio un entendido y no dispongo de suficientes fuentes secundarias como para formarme una opinión, así que mal haría en sugerir alguna ambiciosa interpretación.
Sin embargo, me parece que habría que distinguir tres cosas: 1) la batería de razones que se supone propugna el apra, sus propuestas e ideas fuerza; 2) la impresión que ha dejado en los pobladores "el aprismo", que no es lo mismo, ya que se pueden reconocer "ideas justas" con malos ejecutores; 3) las consideraciones pertinentes a la figura particular de cada candidato.
Me parece que esta separación podría unificar algunas de las ideas de Diego y Rodrigo, ya que una posible combinación sería: una batería de razones mayormente aceptadas (propuesta aprista), que pese a tener malos ejecutores recientes (apristas), pueden ser perfectamente compatibles con una figura individual que represente lo bueno de tal batería y no parezca ser uno más de esos malos representantes, alguien que llene suficientemente bien el recipiente identitario aprista como para beneficiarse de tal bagaje.
En ese sentido, por más que no se explicite, la figura del mencionado Pepe podría ser fiel a esa batería primigenia que flota en el ambiente, sumando sus cualidades personales al respeto implícito de una narrativa unificadora, diferenciándose del candidato municipal aprista (que podría haber sido visto como un indeseable más).
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Sobre el asunto de la militacia y captación de miembros, sería bonito opinar pero ya no hay espacio, y poner un post ya no es posible.
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